viernes, 7 de febrero de 2014

¿Sabes?

     Sé que no vas a leer esto y, después de nuestra conversación, menos. Pero, ¿sabes? estoy cansado. No se cómo no cagarla contigo. Bueno, si lo sé: haciendo siempre lo que quieres o que no se aleje mucho de ello. Y no. En eso no consiste la amistad. La amistad consiste en escuchar sin pensar "qué pesado". Si una persona te abre su alma piensa que, quizá, te considere alguien tan especial como para compartir esos momentos. ¿Sabes? alguien que llora en tu hombro te está ofreciendo el regalo más bonito que jamás te van a hacer: una lágrima sincera y el mostrarte un pedacito de su alma. La amistad consiste en ofrecerte voluntariamente corregir tu Tesis, aunque luego no quieras que vaya a apoyarte cuando la defiendas ni tenga una copia de ella simplemente porque me hace ilusión. Acompañarte al médico y preocuparme por saber tus resultados tiempo después. En decirte abiertamente si la estás cagando sin que me hayas pedido saber qué opino. En desayunar contigo las veces que hagan falta cuando cojas el autobús y sólo quieras que nos veamos en la estación. En darte un abrazo cuando sé que lo necesitas a pesar de que lo rechaces. Consiste en acercarme a un lugar lleno de gente para llevarme malas caras de tus amigos, que me presentes a personas que no tengo el más mínimo interés en ellas sólo porque me has pedido que nos tomásemos algo. 

     Me conoces bien -porque he dejado que lo hagas y no así al contrario- y sabes que muchas de tus actuaciones, por mucho que las vendas como despistes, duelen. Y duelen, sobre todo, porque eres tú quien las realiza. O quien no lo hace. 

    Me duele ver que cosas que no hacías al principio sí las haces ahora. Que no eres alguien tan especial como pensaba sino que te acercas a esa gran mayoría vacía y que sólo mira por lo suyo. No eras así. ¿Estás dolido? lo se, siempre he estado ahí. Por eso me acerco, aunque sepa que tarde o temprano me vas a dar una patada. Duelen. Mucho. No imaginas cuánto. Pero son tuyas, y siempre las paso por alto. 

     ¿Sabes? Creo que no eres justo conmigo, que no me mides por el mismo rasero que a los demás. Me pides más y das menos. Duele. Sólo tú tienes la clave para que esto no sea un adiós. Y no un hasta luego, sino hasta nunca. Y duele mucho. 

     ¿Piensas, de verdad, que veo otra realidad? A lo mejor tienes razón y tenía que haber hecho caso a quienes ven el mundo tal y como es y haber dejado esto cuando tuve que hacerlo. ¿Sabes? no lo hice porque pienso que eres diferente, una buena persona, alguien con quien compartir todo, alguien a quien tener al lado. ¿Sabes? a veces creo que me equivoqué. 

2 comentarios:

  1. Que bonito, tal y como yo lo expresaria, que curioso que sea tan paralelo y sin embargo, no me des pena, solo siento una indiferencia total y aun así, te deseo que no sufras por quien no te aprecia...

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    1. Estimado lector,

      no pretendo dar pena a nadie, y menos a gente que se ampara en el anonimato para comentar un blog. No tienes ni motivos ni conocimientos para juzgar las palabras que escribo. Y si verdaderamente sintieras esa indiferencia que proclamas, no habrías escritos sendos comentarios en mis entradas. Lo que hace la cobardía....

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